Un sentimiento. Volar.

Hoy escribo ésto basandome en un sentimiento que tuve hace unas semanas escribiendo algo realmente insólito... Es un trabajo que nos mandó hacer una profesora en la Universidad. No me costó demasiado hacerlo, pero cuando me puse, me costó concentrarme, algo que me extrañó, pero dándole vueltas conseguí saber el por qué, y es que estamos tan acostumbrados a un ritmo de vida agotador y poco observador que parece que no nos queda tiempo para sentarnos y observar, simplemente observar todo lo que nos rodea, la belleza de todo nuestro mundo. El trabajo consistía en salir por Segovia a escribir sobre lo que sintieramos siendo una piedra, un árbol y un pájaro. Y quería escribir aqui mi visión de aquello...


Y aquí estoy sentada en el primer banco de la calle que me ha inspirado un poco de calma para poder reflexionar. De lo primero que me he dado cuenta es de que la gente pasa de un lado a otro sin darse cuenta de los momentos que se está perdiendo. Puede que porque no los puedan ver o simplemente porque no quieren verlos. Lo que sé es que ni yo me había imaginado lo increíble que es pararte simplemente a observar tu alrededor… el mundo que nos rodea.
Cosas que a primera vista pueden parecer insignificantes o demasiado simples, e incluso inferiores a nosotros. Por ejemplo una piedra, si te paras a pensar en lo que puede sentir ésta, puedes experimentar emociones por ella inimaginables… pero no lo hacemos porque puede sonar demasiado estúpido. Pongamos este ejemplo, una piedra ¿Alguien se ha parado alguna vez a pensar como se tiene que sentir? Siempre con esa apariencia de dureza, de fuerza, de soledad, de simpleza… Pues bien, mirando más allá de todo eso, yo he llegado a ver belleza en ella. Quizás no una belleza física, sino algo más psíquico, algo más profundo… Puede parecer triste, sola o apartada del mundo, pero en realidad, los días de sol puede estar ahí quieta disfrutando del día, desde los primeros rayos de sol de la mañana hasta el último que asoma detrás de la colina,allí, parada, sin preocupación ninguna; los días de lluvia por el contrario, puede notar como las gotas poco a poco la empapan y la humedecen hasta calarla definitivamente… puede que podamos pensar que eso al final nos terminaría aburriendo, pero eso es porque nosotros conocemos otro mundo, de estrés, de movimiento, de furia… ellas no, las piedras solo conocen el disfrute, el poder estar tumbadas analizando todas las situaciones que aparecen a su alrededor, tranquilas, y simplemente observando. Poniendo otro ejemplo que muchas veces está próximo a las piedras, el árbol. Aparentemente fuerte, alto, robusto, solitario incluso, con esa corteza escondiendo su interior… Quizás el árbol no sea muy diferente a muchos de nosotros, con esa apariencia de fuerza, de soledad, con una corteza rodeándonos para no mostrar lo que realmente llevamos dentro por miedo muchas veces, por vergüenza en otros casos…
Pues bien, yendo un poco más adentro de todo eso, el árbol es también un ejemplo de belleza, para verlo solo tenemos que fijarnos en las distintas estaciones del año, como cambia de otoño a primavera, en otoño con el viento, las lluvias, los días tan lúgubres, se entristece, se marchita y se le caen las hojas quedando asi prácticamente desnudo, en primavera sin embargo todas esas hojas vuelven a crecer en él, ahora se ve verde, se ve alegre, se ve vestido y cubierto otra vez… Desde su copa puede ver todo lo que le rodea a diario también, puede ver nuestro mundo y pensar: me gustaría poder andar como ellos… o quizás no, quizás al igual que la piedra como es lo único que conoce esté a gusto así. Lo que es seguro es que no tiene maldad por dentro como nosotros, supongo que es lo que más nos diferencia con ellos, sino fuera así no dejaría vivir allí por ejemplo a una familia de pájaros. Pensemos ahora en esto, un pájaro.
¿Que pensamos primero cuando vemos a un pájaro? Supongo que las primeras palabras son: libertad, autonomía y un sentimiento tan grande que ni el ser humano puede conocer… el de volar. Volar alto o a ras de suelo, volar despacio o rápido como si no hubiera nada más. Volar. Esa es la palabra que mejor resume al pájaro. Quizás me costaría decir que querría ser una piedra, que querría ser un árbol… pero no me costaría decidirme a ser un pájaro. Me gustaría poder verlo todo como ellos, desde arriba, como si de una película se tratara y pudiésemos ver a los malos y a los buenos, lo que conviene conocer y lo que no, lo que nos puede hacer daño y lo que no… Ellos pueden elegir dónde estar, con quien estar, donde ir, donde vivir, lo que comer, lo que hacer... Cuando no les gusta algo pueden incluso escaparse sin peligro de que nadie los vaya a buscar o encontrar, pero pensándolo bien… prefiero quedarme siendo una persona. Al fin y al cabo, aunque no pueda volar… ¿Que seria de la vida sin riesgo de poder equivocarme?

-Frase de hoy:
"Preferiría morir mañana que vivir cien años sin haberte conocido..."

-Película de hoy:
"Cold mountain"